23 de mayo de 2010

Promesas rotas.

- Me lo prometiste…

Aunque estaba solo en algún lugar que desconocía, no podía dejar de repetirlo, no podía dejar de gritar el dolor de su alma traicionada: repetía una y otra vez los complicados pasos del vals de su locura.

- Me lo prometiste…

Caído en el suelo, sollozaba. Sus manos se aferraban el pecho… dejando escapar entre los dedos un hilo de fluido carmesí. La punta de una flecha.

Alzó la cabeza de golpe, dispersando lágrimas por el aire. Ahora no estaba solo: tenía delante a quien culpar.

- Me prometiste que me ayudarías… por una vez…

Ante si había una mujer. Tenía el pelo verde. Los ojos azules. Una largo vestido blanco que siseaba al rozar el suelo de mármol blanco. Su mirada era fría como el hielo.

- Por una vez…

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