13 de mayo de 2010

Y desapareceré...

Eso es. Una palabra y desaparezco. Creo que lo sabes… solo tienes que decir la palabra y me iré. No pasa nada, sabía que algún día llegaría este momento. El momento en el que te cansarías de mí y me dirías adiós. Y desapareceré. Para siempre.

Vamos dila. Casi es lo mejor. Casi es mejor oírla que aguantar este incesante vibrar silencioso en mi cabeza. Al menos entonces, habrá silencio absoluto.

No pero espera. No. No, eso no vale. La palabra se dice… no se escribe. No vale escribirla… Que sea tu voz la que la pronuncie. Su solo susurrar romperá cristales, levantará huracanes… pero no importa. Nada importará entonces.

Aunque no lo admita, en lo más profundo de mí ser, tenía la vaga esperanza de no escucharla. Pero lo hice.

- Vale – como si me hubiera leído la mente, la dijo – vete. Estás despedido. Recoge tus cosas. Tu último cheque te espera en recepción. Rápido. No quiero volver a verte. Nunca más. Vete.

No miré atrás. No por valentía… sino más bien, porque no quería que viera las lágrimas brillar en mis ojos.

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Y el reloj no para...

Esta es, casi con seguridad, mi canción favorita =)

2 comentarios:

  1. El maldito reloj nunca para y hay palabras que nos gustaria no tener que escuchar nunca, pero también nos hace más valientes escucharlas

    Me gusta tu blog, me pasaré por aqui de vez en cuando ^^

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  2. pero da muuuucho miedo...
    bueno yo porque soy un cobarde... xD
    que ilusióoooon!!
    Gracias por pasarte por aquí!!
    :D

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El reflejo de tu alma...