27 de noviembre de 2011

In Flames.

Las llamas se alzaban fulgurantes a ambos lados del camino, devorando cualquier vestigio anterior de vida, borrando a su paso los colores, las formas del mundo. El fuego tenía la facultad de convertir el universo en polvo a su avance.
Alargó la mano, palpó con cuidado las chispas que lamían aquí y allá cada una de las casas de la aldea. Su piel, lentamente al principio, más rápido después, comenzó a deshacerse en jirones, se deslizó brillante hasta el suelo, dejando a la vista la blancura impoluta de sus falanges.
No sintió miedo ni inquietud. La piel, los cartílagos convertidos ya en un charco de tinta rojiza a sus pies. Hasta las lágrimas se habían evaporado. No había miedo, pánico ni dolor. Sonrió.
El mismo fuego que alimentaba su vida, le consumía ahora hasta la muerte.  

6 comentarios:

  1. Guau, me dejas sin palabras como de costumbre
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. La blancura impoluta de sus falanges...
    WOW.

    Vas a favoritos YA.

    ResponderEliminar
  3. Conviertes las simples palabras en magia pura. He dicho.

    (besos de esquimal,
    para ti)


    (volveré)

    ResponderEliminar
  4. Again. Esto es lo que hace mi agente secreto favorito. Coge una idea volátil que le viene a la mente y la convierte en algo tan tangible como el teclado que tengo bajo mis manos ahora. Eres grande, tío, lo eres, porque no tengo ni idea de por qué pasa lo que pasa en este relato y quiero saberlo tanto como conservar la incertidumbre.

    Aunque definitivamente quiero saber más. xDD

    Y es corto, muy corto, pero no voy a empezar a hablar sobre la forma en que escribes porque babeo de pura nostalgia. Que cara de parva se me queda. Again. Y sabes que no es hacer la pelota, que yo no necesito hacerlo si eres tú. xDDD (y espero que con nadie, la verdad xD)

    Love this!

    ResponderEliminar

El reflejo de tu alma...