19 de marzo de 2010

Lo que no existe no se puede explicar.

Cuando se tira del hilo de un ovillo de lana enmarañada, unas veces se deshace de golpe, otras veces se enreda aún más. Es como la vida: pequeños gestos pueden tener grandes consecuencias. Y a veces el mismo gesto no tiene el mismo efecto.

Los peces exóticos de Boris Bogdanov le permitían reflexionar sobre su nueva teoría. Un pez en un acuario siempre sigue el mismo recorrido, tira de su propio hilo. Lo desenrolla en función de la presencia de los demás peces, amigos o enemigos, en el acuario. Asimismo, debe modificar su camino ritual cuando llega un nuevo inquilino. Para Boris, estos itinerarios eran hilos que se anudaban y se desanudaban.

-Tú no escoges tu camino, los demás lo hacen por ti.

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