Oí el viento resoplar contra las ventanas. El día perfecto, pensé.
Bajé por las escaleras y me dejé perder, no tardé en hacerlo, no tardé en llegar a una calle vacía donde el viento era mucho más fuerte. Perfecto. Allí lo hice: grité.
- ¡¡Te echo de menos!!
De repente una mano se posó en mi hombro y al girarme descubrí a un hombre con sombrero de ala ancha y bigote.
- Pero señor, ¿no ve que aquí no hay nadie? Solo el viento… - me dijo.
- Por eso mismo – contesté.
- ¿Por eso mismo? ¿A quién echas de menos?
Perdida mi mirada, tardé en contestar:
- A Nadie.
simplemente dos palabras : Me encanto!
ResponderEliminaraish... triste final
ResponderEliminarpero me encanta, como siempre ^^
ojala a nadie...
ResponderEliminar:}
Corto pero me ha encantado =) Un saludo!
ResponderEliminarWowwww
ResponderEliminarMe gusta!!!!Coincido con Alpor, se nos hace corto!!!!
Cuidate amigo!!! :)
Yo opino, que él miente, que le grita al viento para que llegue al corazon de su ¿amada?
ResponderEliminarTexto intenso :)
ResponderEliminarRealmente, veo inevitable el hecho de "no echar de menos". Es algo complicado no añorar nada y a nadie, supongo que el que lo consiga será caracterizado por su gran fortaleza, yo le admiraria.
Escribes genial marco :D
Pasate por el mio si te apetece
Un beso!
A nadie. Y cuando uno menos lo piensa.
ResponderEliminarFUCK!
ResponderEliminar:/