27 de septiembre de 2010

Incomplete.

Cabizbajo y somnoliento entré en la consulta de la mano de mamá. Ella no dijo nada. Yo tampoco. Ambos dejamos que fuera el médico quien hablara primero.

-¿Qué le ocurre?

Ella se encogió de hombros, haciendo ademán con la cabeza de que era a mí a quien debía preguntar. El doctor me palpó la frente.

- ¿Qué te ocurre, pequeño? No tienes fiebre… - me miró profundamente con sus ojos sabios – ¿te duele algo? ¿Cómo te sientes?

La tibia vocecilla del muchacho pareció levantar pequeñas e invisibles nubecillas de vapor.

- Me siento… incompleto.


7 comentarios:

  1. Y lo peor es que por muchas consultas que visites ningún médico podrá resolverlo, a no ser que el médico pase a ser tu amigo y esa fuera la parte que te faltaba :)

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  2. y no me quiero ni imaginar la cara del doctor ante esa contestación.

    me ha gustado; se me ha puesto el vello de punta!

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  3. Demasiado joven... lo que le queda.
    El texto: Genial!!
    mua mua y muaaa!

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  4. Tan pequeño y... un amor no correspondido? la traición de un amigo? el último cromo del álbum quizás?

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  5. Tan pequeño para sentirse incompleto... su vida sera muy dura si no encuentra aquello que le falta, pues crecerá con la incertidumbre y el agobio siempre de saber lo que es...

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  6. Eres un verdadero artista... Luego dices que te gusta mi blog... a mí el tuyo me encanta.

    Me lo quedo.

    Gracias, un abrazo.

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  7. Yo creo que al final todos nos sentimos incompletos, si no es por una cosa es por otra y si no porque nunca llegamos a ser nosotros mismos al 100% un texto estupendo =)

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El reflejo de tu alma...