26 de enero de 2011

La niña del espejo.

No le gustaba lo que estaba ocurriendo, podía sentir que flotaba, los pulmones agarrotados al respirar en un ambiente viciado, polvoriento. Entre toses y carraspeos, abrió los ojos:
Era incapaz de ubicarse, ya que la joven Elisa nunca había estado allí antes. Oscuras, ligeramente húmedas, las paredes de piedra recordaban, vagamente, a espejos empañados.
- ¿Hay alguien ahí? – no pudo evitar que la voz mostrara el miedo que sentía.
Nadie contestó, algo que no supo clasificar como una buena o una mala noticia. Guiada por algunas antorchas prendidas de los laterales del corredor, comenzó a andar unos palmos por encima del suelo.
No dejaba de darle vueltas al asunto, ¿dónde se hallaba? No recordaba haber estado allí jamás, y lo que era más importante, no tenía ni la menor idea de cómo había llegado hasta la oscuridad vacilante que la gobernaba en esos momentos.
El intermitente corretear de los roedores la perseguía, insistente, como una mano invisible que hubiera apoyado la palma en su hombro para rozar con unos dedos helados su alma. Guiada por las luces y los ruidos de los pequeños animales alcanzó el final del túnel.
Asustada, se asomó con precaución por uno de los lados del corredor.las corrientes de aire frío se hacían mas patentes ahora.
- Qué… - antes de pronunciar una palabra más, el sonido de lo que parecían una serie de disparos inundó el lugar. Con cada uno, más antorchas se encendían, robando el aliento a Elisa con una imagen que quedaría grabada para siempre en su retina.
Ante ella se abría una habitación de proporciones inmensas, difícilmente medibles con cualquier método convencional. Circular, con forma de cúpula, cientos de teas adoraban a los dos únicos habitantes que moraban en las profundidades. Se trataba de dos enormes pilares de piedra gris, poseídos por el musgo y resquebrajados por el paso del tiempo. Altísimos, cincelados con grabados de runas y letras desconocidas, Elisa no podía aseverar que no unieran el techo con el suelo de la caverna. ¿Qué eran? Paso a paso la joven fue acercándose, atenta a cualquier movimiento repentino, hasta que comprendió que tardaría horas, quizá días, en llegar hasta ellos.
- ¿Hola? – el eco, poco imaginativo en su respuesta, fue el único que le prestó algún tipo de atención. No le gustaba nada ese sitio. Ni las columnas, ni las antorchas. Elisa quería salir de allí, sin demora.
Y de pronto, antes de que su voz hubiera desaparecido por completo, todo empezó a cambiar. Al principio, una simple vibración en el aire, como si se cargara de chispas, electrizante… seguido de un temblor, imperceptible primero, más potente después, que hizo castañear con fuerza los dientes de la joven intrusa.
- ¿Qué está… pa… pa… sando…?
Su bonito camisón blanco con brillantes trazos de oro bailaba al son de una música invisible, su piel pálida brillando con una película de sudor frío. El terror le dilató las pupilas al máximo cuando percibió el resultado del imprevisto terremoto:
Entre ambos pilares, surgiendo de las sombras de todos los rincones, infinitos filamentos de colores inverosímiles comenzaron a unirse, a entretejerse unos con otros, miles de tentáculos abrazándose en un espeluznante entramado, que, en pocos minutos después, dio forma a aquello para lo que fueron creados.
- Es un… espejo… - el leve susurro escapó de sus labios, suave, volátil, más débil que el delicado aleteo de una mariposa.
Efectivamente, Elisa ya no estaba sola. Su reflejo, de idénticos ojos marrones y cabello pelirrojo, largo y ondulado, le devolvía la mirada con un deje de rebeldía que sus verdaderos ojos estaban lejos de mostrar. Vio como su reflejo se movía mientras ella permanecía quieta, caminando hacia ella, luciendo una sonrisa cruel en el rostro.
“No puede ser, pensó. Nada de esto está ocurriendo de verdad, estoy soñando, tengo que estar soñando. Esta cueva no existe, ni los pilares, ni mi reflejo está vivo y se acerca hacia mí con un gesto extraño en la cara… papá… ¿Y su padre? Elisa buscó a su alrededor sin éxito.  Le prometió que estaría con ella siempre tras la muerte de su madre. ¿Dónde estaba ahora? No había podido dejarla, se querían…”
Lo que Elisa contempló a continuación le congeló la sangre en las venas. Nunca recordaría exactamente lo que pasó, pero desde ese momento no volvería a mirarse en un espejo:
La Elisa del reflejo se detuvo, condescendiente. La atrapó con unos ojos que se volvieron violetas, alzó el brazo… y su mano deformó la superficie acuosa del cristal hacia ella, implacable. Tras aquella ondulación vinieron otras, en todas las zonas de la gigantesca plancha del supuesto vidrio, deformaciones tenebrosas de tamaños que iban desde la pequeña mano de la niña hasta el puño de un gigante de las montañas.
Un parpadeo y el movimiento, se pausó. Un parpadeo y los tentáculos, al unísono, anhelantes,  cambiaron su dirección hacia Elisa, hasta que el espejo cedió. Sin ruido, las extremidades de los seres dejaron de ser meras extensiones reflejadas a cobrar sustancia y color: estaban atravesando la Puerta.
Las pulsaciones de Elisa se dispararon, entró en shock, se desplomó en el suelo… sin parar un solo segundo de gritar.

14 comentarios:

  1. Muy buen relato, Marco, vas llevando al lector al final de una manera que sólo lo consiguen los que saben escribir.
    Aprovecho para agradecerte la vista a mi espacio.
    Te dejo un abrazo.
    Humberto.

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  2. esta asturiana te da las gracias por compartir tan excelente texto, un besin muy grande.

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  3. Jajaja! Muchas gracias a ti! :D
    Aunque la verdad, ya me pasa otra vez, que releo las cosas (lo hago con cada comentario xD) y no veo más que fallos! xD
    maldito cerebro emparanoiado -.-
    un abrazo!

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  4. Eeeeeeeei, es la parte en cursiva del prólogo que me mandaste al correo. ^^ Justo lo estaba leyendo esta tarde antes de irme a trabajar, y me estaba gustando :)
    Esta parte da bastante yuyu, pero porque está muy bien descrita, y por eso da miedo. jeje Quiero mandarte una "crítica" sobre el prólogo entero, así que ahora no diré nada más :P
    Sólo: muy buen trabajo, como siempre ^^

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  5. jajajaja!! bieeeeeeeeeeeeeen!!! :D
    jo, "tiene" que dar algo de cosa! Si no, no mola.. que es una pesadilla! xD
    muchiiiiiiiiiiiiiiiisimas gracias a las dos! =)

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  6. es geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!xD
    me recuerda a uno que escribí yo hace tiempo... solo que tú has sabido hacerlo bien jajaja
    uno de mis favoritos, y gracias por pasarte!:)
    seguiré leyendote, sin duda^^

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  7. aish, tantas entradas tuyas que me he quedado por el camino y tan poco tiempo que he tenido con mis exámenes...

    me tengo que poner al día!!

    pero, a pesar de que no haya leído aún tus ultimas actualizaciones, sé que me van a gustar, porque siempre escribes algo, como una frase clave y mágica al final, que hace que me recorra un escalofrío y que luego sonría.

    :)

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  8. aiiiiiiiiiiiiiiiis Ciiin!! :D
    ese comentario vale por todos los relatillos que he escrito en este tiempo =)
    Muchisimas gracias! Espero que te salieran bien! Jo, a mi aún me queda uno... -.-!
    Un besito! ^^
    --------------------------------
    Dream! xD muchas gracias! jajaja! tp tan bien, eh? que contra más lo leo más fallos le encuentro xDD
    seguiremos leyendonos =)

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  9. Que linda relato realmente atrapa al lector ;) te sigo & te invito a pasarte por el mio

    http://021409.blogspot.com

    Un abrazo.

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  10. ^^
    Voy a echarle un vistazo a ver! xD =)
    Gracias por pasarte!

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  11. Entre exámenes y no exámenes hacía tiempo que no me pasaba por este lugar, los últimos me han gustado bastante y este me ha dejado un noséqué dentro que te felicito por transmitir tanto (:

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  12. ¡Menuda pesadilla!
    Menudo reflejo en el espajo tan espeluznante... Pobre chica quedarse sin madre y tener que aguantar estos momentos, en los que no encuentra a su padre... Es un trauma.
    Muy bien escrito :)
    Un beso

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