Burning.

Sentado entre las tejas de barro que componen, como un elaborado tapiz, el tejado de la torre, siento tu mirada clavada en algún punto entre mis hombros. Me desgarra la espalda cual puñal hasta atravesarme el pecho, forzándome a quebrar el silencio con mi voz, ronca por el desuso.

- ¿Cómo me has encontrado? – susurro.

- Pensé donde me escondería yo si quisiera estar sola…

Evidente, se dijo. Debía haberlo supuesto. Debió haber pensado que ella pensaría como él. Pero el daño ya estaba hecho, así que su voz retornó a las profundidades de su garganta. Los ojos, independientes de lo que ocurría en su entorno, siguieron fijos en el cielo, aun cuando se sienta a su lado, con cuidado, peligrosamente cerca del borde. Vestía tan bonito el cielo aquella noche…

Suspiró imperceptiblemente. Ella no debía notarlo o haría preguntas, él las haría. Con lentitud sacó la cajita del bolsillo y extrajo sin mirar, una cerilla. La encendió.

- ¿Qué haces? – pregunta con inocencia.

“Nada.” Y eso lo que, literalmente, respondo. Solo entonces aparto los ojos del cielo, de las estrellas, de una luna cuyos cascabeles resuenan en mi cabeza. Contemplo la llama, roja, color sangre, incandescente, confortable. Es la única forma de terminar con todo, pienso. La única forma…

Suavemente se la acerca a la palma de la mano. Siente su calor unos segundos, le recorre como una descarga, prende, aunque ninguno de los dos lo ve. Prende, no la piel, pero si el alma. Poco a poco se quema, se consume, la piel muestra solo un leve resquemor, pero algo más importante está desapareciendo. Como una hoja de papel en una chimenea, se arruga sobre sí misma, ennegrece, se apaga, se muere.

Toda expresión huye de su rostro cuando el fin es alcanzado. Alza de nuevo la mirada al firmamento, pero esta vez no oye nada. Bien. De eso se trata. Aislarse del Mundo, sordo frente a la realidad. Sonríe, y mientras se aparta el pelo de la frente deja ver el tatuaje que luce su antebrazo.

                                                 “Mejor quemarse que disolverse eternamente”