5 de septiembre de 2011

Liat.


A la luz de las llamas, el Maestro terminó la labor que durante horas había llevado a cabo. Dejó la pluma negra como el azabache a un lado y se vendó la mano sangrante que estuvo usando como tintero.
- ¿Qué clase de magia negra es esa? – inquirió el chico, desconfiado pero a la vez, curioso.
- ¿Magia? No es magia. La gente tiende a llamar magia a todo aquello que no comprende, que escapa a los límites de su entendimiento. Y yo entiendo perfectamente lo que estoy haciendo, por lo que no puede ser magia.
Tomó el estrecho papiro y lo dobló sobre sí mismo hasta formar un cilindro muy delgado. Usando un fino cordel, lo fijó para que no se replegara. A continuación lo sopesó en la palma de la mano vendada.
- Liat.
Con dejadez, casi como si el asunto apenas gozara de importancia, lanzó el cilindro al fuego, levantando una imponente llamarada azul. El efecto fue absolutamente repentino, al mismo tiempo que el papel se chamuscaba, convirtiéndose en cenizas, un silbido tan agudo que destrozaría tímpanos resonó en sus mentes.
J. gritó, llevándose las manos a la cabeza, pero el Maestro no dio ningún indicio de hallarse afectado. Sonrió.
- Te acostumbraras. Y si todo sale como es debido, dentro de poco serás tú el que provoque un Impulso.
- ¿Qué demonios era eso? – los ecos del tremendo pitido aún mantenían su corazón acelerado, pero J. estaba furioso. No le gustaban las cosas que no comprendía.
- Una llamada. Lástima que Liat no pueda acudir a la misma velocidad que viaja el Impulso.
- ¿Liat? – El muchacho estaba cada vez más confuso - ¿Quién es Liat?
El Albino zambulló sus manos esbeltas en el interior de su capa antes de responder.
- Quizá sea lo que tú llamarías un amigo.
- ¿Un amigo? ¿No dijiste que tú no tenías amigos?
- ¿Consideras a un perro tu amigo? ¿A un gato? ¿Consideras tu amigo a alguien que únicamente te sirve? Porque yo no y tú, de ahora en adelante, tampoco.
- Liat…
- ¿Si?
- ¿Es humano?
El Albino soltó una estentórea carcajada, aquel joven era tan ocurrente.
- Creo que ya sabes la respuesta.

7 comentarios:

  1. Ohhh gracias por tomarte la molestia en comentar en varias entradas!! :)
    Esta está muy chula! Voy a ver si me leo alguna más, no prometo comentar :)

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  2. Envidio tu falicidad para escribir diálogos, no tanto el diálogo en sí, sino más bien la manera de volver a introducirte en la narración después de éste.
    Señor Marcos, me gusta El aprendiz, ojalá y haya más entradas del mismo, esta y la anterior me han gustado mucho.

    Y caray, como que vas mejorando día a día, sigue así, tengo que decirte que tu blog está entre mis favoritos ^^

    Un beso!

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  3. Fantéstico, me ha encantado. Volveré por estos lares.

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  4. Mátame por esto, pero no pude evitar pensar en Harry Potter castigado al comienzo de la entrada... Ya, me estoy viendo descuartizada en este mismo instante por un Marcodefotos encolerizado D:

    Tus palabras me transportan a un tiempo que, a pesar que nunca existió en esta tierra, abunda en las mentes de los amantes de la magia.

    Personajes con fondo, con carácter (hasta les sobra O: pero no se los quites, que así me gustan), redondos y profundos. Así da gusto leer :)

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  5. Inquietante leerte Marco, buen relato.
    un saludo.

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  6. Creo que Mister Mark también juega a hacer magia últimamente con sus entradas ^^
    Y a que se debe que leas pero no dejes hechizos en las mías querido? XDDDDD

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