28 de agosto de 2017

Aquí y ahora.

A sus espaldas la gente gritaba, lanzaba vítores. En las almenas los soldados chocaban espadas y escudos, reían y aplaudían por la victoria. No entendía absolutamente nada. No entendía que sentirse como se estaba sintiendo en ese instante fuera sinónimo de victoria. Las botas de Robin se hundían en una nieve que había dejado de ser blanca. Ahora rezumaba un color rojo y un olor desagradable. Un olor que le hacía llorar los ojos. 
Robin giró en derredor, el arco se escurrió entre sus manos y chocó contra la nieve roja con un crujido sordo. Lanzas y espadas rotas florecían por todas partes, armaduras de cuero, hierro y lana entre las que se colaba el viento cada vez más frío del atardecer. 
Mirarás atrás y verás tiradas por el suelo todas tus decisiones. Las correctas y las erróneas. Como fragmentos de un cristal hecho pedazos contemplarás las oportunidades que has dejado pasar, los lazos rotos, las vidas que aún permanecen. La responsabilidad de todo lo que ocurra planeará como un buitre sobre ti, los caminos no escogidos sembrarán un rastro que solamente te llevará a un lugar. 
¿Adónde?
Aquí y ahora. 

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