Bajo ellos los riscos del acantilado les observaban, amenazantes. Mas al sur el verdor intenso del bosque salvaje, lo más lejano conocido de la civilización.
- ¿Por qué nunca me miras a los ojos? – inquirió ella en un susurro.
El sol se ponía en el horizonte, levantando brillos argénteos del vasto entramado vegetal. Un viento húmedo y cortante la estremeció.
- Porque tengo miedo… miedo a que te mire y vea en ellos algo que no pueda soportar.
Con la vista clavada en el paisaje se dio la vuelta y se marchó.
Ella volvió a estremecerse, solo que esta vez hasta el viento había enmudecido con la sombra que subyacía en sus palabras.
Silencios ciegos de las rupturas, muy triste.
ResponderEliminarBEsos.
¡Qué hermoso y triste al mismo tiempo! Escibres fenomenal,
ResponderEliminarUn abrazo,
Manu UC.
que bonito lugar!! gracias por participar en la pag del tuenti.
ResponderEliminarTe gustaría conocer mi blog? Visitame en http://www.eldiariosecretodecoquette.blogspot.com/
Hasta pronto^^
veremos que escondes en esa url ;)
ResponderEliminarBonita imagen. La describes muy bien, casi haciendo que podamos trasladarnos allí. Pienso que deberías dejar de decir que lo que escribes "no es para tanto". ^^
ResponderEliminarJajajajajaja!! Tengo muy arraigada esa coletilla, lo sé, y tb sé que puede parecer pedante xDDDD pero no sé... estás cosas las escribo en muy poco tiempo y sin pensarlo demasiado... pero cuando salen bien me enorgullezco: el de la ciudad de los juguetes rotos me gustó un montón como quedó :D
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