La eterna lucha del hombre muerto.

Y entonces la realidad estalla en mil pedazos, en un millar de esquirlas de fuego afiladas, quebradizas, demoledoras, letales. Con una explosión, la vida que conocías únicamente deja tras de sí ecos de barro y muerte.

Escapar es el único pensamiento firme que te queda al que aferrarte. Cuando el resto desaparece, los instintos permanecen, inmutables, eternos, sacados a flote por las circunstancias, tienen el papel de mantenerte vivo.

Y miras dentro de ti y nada de lo que eras resulta ahora ser. Tu alma grita desgarrada, asustada, el terror corriendo por tus venas al mirar dentro de ti y no reconocerte. Perdido, las pupilas dilatadas, empiezas a vislumbrar el camino, te das cuenta de que, sin quererlo, la caza de respuestas ya ha comenzado, la búsqueda de la causa primigenia pasa a ser lo más importante, lo único importante. La búsqueda del por qué… o del por qué no.

Y te das cuenta de que de nada sirve huir, de que si quieres entenderte a ti mismo, de que si quieres sobrevivir al caos, solo hay una manera: seguir luchando.  

Jared Skygrey.