- Puedes hacerlo, solo
tienes que concentrarte.
Jared apretó los dientes
mientras palpaba con el índice y el anular la sien de la joven muerta.
- ¿Ves algo?
- Nada…
- ¿Quieres saber quién
mató a tu padre? ¿Quieres saber quién lo volvería a matar? Yo. Fui yo quien
introdujo el puñal entre sus costillas, quien sintió en sus manos la sangre
correr mientras…
- Cállate.
- Mientras el último
halito de vida escapaba de su cuerpo.
La furia afloró en su
interior como un huracán incontrolable, clavó en las sienes de la muchacha el índice
y el anular también de su mano izquierda. Con ira, perdiendo el control de sí
mismo, clavándole las uñas hasta que las primeras gotas de sangre coagulada se
hicieron de notar.
Estaba ayudando al
asesino de su padre, aquel al que había jurado matar, torturar y destruir en
mil ocasiones; aquel que le había robado todo lo que tenía; aquel que le había transformado
en lo que ahora realmente era. Un sobrenatural.
Y cuando abrió los ojos
con un grito, ya no estaba allí. Un cielo sin luna le mostraba el camino… la
muerta, de pie delante de él, le estaba hablando.
- ¿Quién eres tú?
- He venido a traerte de
vuelta.
- ¿Dónde estoy? ¿De vuelta
adonde?
- A la vida.
Tenía gracia que fuera
perder el control lo que mantuviera amarradas las riendas de su vida.
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