26 de junio de 2010

- ¿Por qué lloras? – susurró.

- ¡No lloro! – lo que pretendió ser un grito fueron apenas unas palabras musitadas.

- Entonces… ¿por qué “no lloras”?

- Porque sé que… aunque digas lo contrario, aunque procures no hacerlo, aunque te esfuerces… - su mirada compartía ternura y dureza a partes iguales – un día, acabarás olvidándome para siempre.

Y ese día, simplemente, desapareceré.

4 comentarios:

  1. hooola a todo el mundooo!
    jo, que guay, siempre es emocionante acoger nuevos... lectores xD
    graciiiias! un lugar donde poner lo que escribo, lo que pienso... ;)
    bienveniiidos! =)

    ResponderEliminar
  2. Este texto me da un miedo tremendo, porque una vez más me siento identificada...
    Es inebitable vivir con el corazón en un puño por miedo a que la persona que quieres y de la que te separan un buen puñado de quilómetros te olvide. :'(

    ResponderEliminar
  3. :D
    aunque... tb puede ser que esa persona no esté tan lejos... =(

    ResponderEliminar

El reflejo de tu alma...