26 de enero de 2013

Perdiendo la humanidad I.



                    - No puedes culparme, te lo avisé. El primer día que supe que existías, aquel en el que, por alguna y desconocida razón que ni siquiera yo entiendo del todo, no te maté. Te avisé que no podías contar conmigo, que no podías considerarme siquiera como un conocido, menos aún como un amigo. Te traicionaré, esas fueron exactamente mis palabras, claras y concisas; pero no quisiste oírlas, ¿por qué? ¿Tanta desesperación había dentro de ti? No lo comprendo: no comprendo por qué te encontré, no comprendo por qué me seguiste, no comprendo por qué te traicioné… es mi naturaleza, supongo. Huir y desaparecer sin previo aviso. Sigo mi camino, las puertas de Mundo no están abiertas todavía y yo tengo un destino que cumplir. ¿Si siento algo? Me temo que no, pero no me sorprende. Si pudiera volver al pasado, si pudiera sentir algo, creo que sería arrepentimiento por haberte matado, sin embargo… hoy me levanto más roto pero más libre. 

4 comentarios:

  1. Muy bueno Marcos, veo que sigues escribiendo y que cada día lo haces mejor. Mucha suerte con esto de escribir, yo la verdad es que cada día escribo menos, y aunque me da mucha pena y rabia, no estoy muy inspirada. Me a encantado. Sigue asi.
    Un besazo
    Andrea Obe

    ResponderEliminar
  2. dios bendiga a los muertos Marquitos, ahora que ya no sufren. m gusta tu blog

    ResponderEliminar
  3. Escribes muy bien... pero la historia me ha dejado un poco descolocada, no me esperaba esto para nada, pero me ha gustado mucho, mucho :)

    Voy a recomendarlo ^^

    ResponderEliminar

El reflejo de tu alma...