25 de abril de 2014

La Superviviente.

Era así desde siempre. Desde que nació, rompiendo el vínculo que le unía a su madre aquel día de tormenta, el mundo apreció que era diferente. Ya se lo había dicho su padre una vez; según él, nació tranquilo, sereno, sin los gritos y lloros que la mayoría de los recién nacidos esbozan durante el parto.
Quizá el tamborileo de la lluvia en el casco del barco encubrió sus quejidos y su padre estaba equivocado, o quizá tuviera razón. Su madre murió segundos después, por lo que no hubo nadie con quien contrastar la información.
Tranquilo, sereno, taimado, Billard cultivó aquella apariencia desde que era niño. Responder con hechos, no con palabras. Pensar, observar, escrutar, asentir, reflexionar. Todo paso era calculado en silencio minuciosamente, toda idea detallada y revisionada durante mil puntos de vista. Jamás tomaba una decisión sin tener claras sus consecuencias.
No obstante, a veces el huracán que reinaba caótico e incesante en lo más profundo de su ser reventaba los muros de su alma y salía al exterior. Y entonces su verdadera naturaleza quedaba expuesta.
Aquella era una de esas veces.
Marcando cada paso en los escalones de madera, abrió con violencia la puerta que daba a la cubierta y salió en tromba al exterior.
- Márchate.
Solo ella estaba allí. Le gustaba recibir al amanecer en soledad. El aire, aun expectante porque el sol le calentara, le sacudía el cabello.
- ¿Ya estás despierto? Intenté levantarme en silencio, pero…
- Márchate.
- ¿Qué?
Redujo la distancia que los separaba a apenas un par de palmos.
- Adiós.
Billard sacó el cuchillo del cinto y en un solo movimiento, cortó una de las cuerdas atadas al mástil. Al momento, el sonido de una barca chocando contra la superficie del océano dejó más claras aún sus intenciones.
- ¿Pero qué…? ¿Puedes explicarme que está ocurriendo?
- La vida es lo que está ocurriendo. – La fulminaba con unos ojos que pretendían mostrar enfado pero que solo él mismo sabía, ocultaban la mayor tristeza de su ser. – No debí permitir que te quedaras tanto tiempo.
- Billy llevo aquí seis años.
Por supuesto no se refería al barco. Habían embarcado hacía solo dos días. Desde ese momento y la última vez que se hubieron visto habían pasado tres años. Solo tres veces más se habían visto desde que se conocían. Seis años. Seis años de estar pero no estar.
- No llevas aquí una mierda. – Tenía que cabrearla, si la cabreaba, si conseguía que le odiara, todo sería más fácil. – Salta. Tu nuevo hogar te está esperando, agregó mientras la agarraba del brazo.
- ¿Por qué me haces esto?
No se estaba cabreando, estaba llorando. Y eso lo complicaría todo aun más. Debía de librarse de ella rápidamente… y sabía cómo hacerlo: haciéndola más daño.
- Porque no te conozco. Seis años y ¿qué he compartido contigo? ¿Qué recuerdos tienes conmigo? Eso es la vida. La vida son recuerdos, son experiencias y tú y yo no hemos compartido ninguno. ¿Por qué te hago esto? Porque contra eso no puedo competir. No puedo competir contra la vida en común que jamás hemos tenido.
Con una sacudida se soltó. Sin mirarle a los ojos bajó en silencio la escalerilla de cuerda hasta la barcaza. Dándose media vuelta, Billy End abandonó la cubierta: un día más, un tripulante menos.
Lo había conseguido. Estaba seguro de que la había engañado, de que había logrado que creyera que la odiaba, que la hacía culpable de su infelicidad… cuando lo realmente cierto era que ella era la única superviviente de su odio.

3 comentarios:

  1. soy una amante empedernida de los finales.
    Creo que un relato, artículo, novela, cualquier forma de expresión escrita que no acaba con una frase que consiga removerte el alma es un intento fallido de escrito para mí. No sé si eso me convierte en una lectora exigente o una mente cuadriculada, pero enhorabuena porque los finales de tus escritos son de esos que no dejan indiferente a nadie.

    un abrazo,
    Barby.

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  2. Eres un sol!! :) Me esfuerzo siempre particularmente en la última frase y en la primera, a mi me pasa igual, Un principio fuerte para obligarte a seguir y un final potente para dejar huella ^^ Muchas gracias!! :)

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  3. Rotundo, esperanzador, grande...
    Sigo leyendo, me gusta.

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El reflejo de tu alma...