28 de septiembre de 2014

Objetivos.

La llamaban el Nexo. Aunque parecía que la vieja torre nacía a nivel del suelo en realidad era mucho más profunda. Era el único lugar que conectaba la subterránea ciudad de Trenea con el mundo exterior. Enclavada en el medio del desierto, recibía pocas visitas y menos aún de gente que supiera su verdadero significado. Ellos lo sabían. Eran Eternos.
- Es increíble, ¿verdad?
Era un mar de arena. Estático, inmutable, las dunas se alejaban de ellos en todas direcciones hasta alcanzar el horizonte. Posiblemente, el lugar más solitario del mundo.
- Pensar que dar un paso más allá nos reduciría a cenizas. Estamos atrapados en la eternidad, Christien. ¿De qué nos sirve vivir para siempre si no podemos salir ahí afuera?
- Sabíamos que habría un precio que pagar.
La miró y agregó:
- La reclusión perpetua es un precio pequeño a pagar si la recompensa es pasarla a tu lado.
Seryen rió. Habían tenido aquella conversación miles de veces pero siempre volvían al mismo lugar, pivotando sin sentido en torno a la realidad.
- ¿Ese es tu objetivo en la vida?
- Tu felicidad es mi objetivo.
Y se abrazaron. Y a pesar de que solo transcurrió un minuto el mundo pareció detenerse para siempre.

Tres años antes…

 - Explícame por qué. Explícame por qué su inocencia vale más que la mía, por qué la muerte de esas desconocidas te importa mil veces más que la de tu propio hermano.
- Tú no estás muerto.
- Tengo tus ojos clavados a fuego aquí – Christien se apretó la sien violentamente con sus índices. – Me miraste un último segundo antes de abandonarme para siempre, antes de correr hacia tu propia salvación. Nunca he podido olvidar esa mirada. Dices que no estoy muerto pero tampoco estoy vivo del todo.
- Puedo ayudarte, si me dejas puedo arreglar todo el mal que te hice… - Solo el susurro del hombre que se sabe derrotado salía de sus labios. Llevaba años luchando por remendar errores del pasado, por salvar a alguien que ya estaba condenado. Pero no importaba. No podía rendirse. - ¿Qué objetivo tienes en la vida? No puedes vivir únicamente para la venganza.
Rió. Sonaba como un carraspeo sordo, como si su garganta estuviera siendo obligada a producir un sonido que jamás antes había practicado.
- Ni lo pretendo. Primero voy a vengarme, hermano. Te destruiré pedazo a pedazo, de dentro a afuera. Voy a quitártelo todo hasta que llegue el momento en el que solo en la locura puedas encontrar la paz. Y entonces, cuando por fin tu sangre resbale por mis manos, empezaré a vivir. Ese es mi objetivo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El reflejo de tu alma...