- No habrá palabras de
ánimo. No existirán miradas de comprensión ni gestos de amistad. Si emprendes
este viaje has de saber que estarás completamente solo.
Ámbar revoloteó dentro
de la jaula. Estaba claramente en desacuerdo con esa afirmación. El búho giró
la cabeza, clavando en ellos aquellos enormes ojos anaranjados que refulgían con
un brillo inteligente.
- Lo sé. Arrastrar a
alguien en esta misión suicida era lo último que pretendía. Yo seré el único
culpable de mis errores y yo seré el que pague por ellos. – Jared bajó la
mirada. – La culpabilidad me inunda cada segundo de mi vida. Soy la única
persona que sabe que ese muchacho existe siquiera. Soy su única esperanza,
tengo que encontrarlo.
- Debes de estar
preparado para afrontar que las cosas no salgan como esperas. Es posible que
ese niño ya…
- No lo digas. Está
vivo. Lo vi en sus ojos. Vi que estaba hecho para sobrevivir y eso es lo que
hace, estoy seguro.
- Te creo.
- Me crees y sin embargo
piensas que todo esto es una gran gilipollez. Piensas que debería cerrar los
ojos, sentarme en la primera taberna que encuentre y emborracharme ajeno a
todo. Piensas que estoy loco.
- Jared…
- Lo encontraré. Y me da
igual que ni tú ni nadie crea que voy a conseguirlo. Me da igual que sea
peligroso, que nadie se atreva a apoyarme. Tengo claras dos cosas y eso es lo
único que necesito: de donde provengo… y lo que soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El reflejo de tu alma...