12 de marzo de 2014

If I had a heart.

- ¿Sabes cuál es tu problema? Que sigues creyendo que puedes salvarme, que sigues buscando una redención para mí.
- No es algo que crea, es algo que sé. Puedo salvarte.
Christien sonrió, «no, no puedes.»
Dejaron pasar los minutos, uno detrás de otro, mientras lentamente la sala común de la posada se vaciaba por completo. Cuando solo el crepitar de los últimos rescoldos del fuego los acompañaba, respondió.
- ¿A qué has venido realmente?
- Hay algo que quería preguntarte.
- La pregunta que salvará mi destino, vaya, vaya, hermano, cada día me sorprendes más.
- ¿A cuánta gente has matado?
Christien ocultó su sorpresa ante su igual de ojos azules. Así que era eso. No se trataba tanto de salvarle a él como de salvarse así mismo. ¿Cuántas muertes debía soportar su conciencia? La culpa te reconcome, y eso es solamente una victoria más para mí, pensó deleitándose.
- ¿Es una pregunta trampa?
- Contesta.
- Y yo que pensaba que habías aprendido algo, sigues sobrevalorándome como cuando éramos críos…
- ¿Por qué?
Levantándose del sofá y dejando la copa de vino sobre una mesita auxiliar, Christien zanjó la conversación para irse a dormir:
- Porque hace años que perdí la cuenta. 


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